
Daniela Garreton
CUANDO EL OCÉANO DESPRENDE AROMA DE ARTE.
Texto: David Moreu
Ciertos artistas están tan relacionados con un lugar concreto que resulta imposible apreciar su obra fuera de esos límites geográficos. Éste es el caso de Daniela Garreton, una joven chilena afincada en San Sebastián que ha desarrollado su peculiar muestrario de piezas artísticas con la mirada puesta en el océano que tanto ama y sin el que no podría vivir ni un segundo. Una unión tan especial que le ha permitido crear pinturas con un aire naíf y nostálgico por aquello que el mar se nos lleva y que seguramente nunca regresará (de la misma manera). Una añoranza por un tiempo que fue especial, pero que siempre será un poco más triste que el presente que vive intensamente gracias a sus encargos para grandes marcas de surf y las exposiciones que organiza en galerías muy prestigiosas. Aprovechando que Daniela diseñó la portada de la revista Staf Magazine hace unos años, hablé con ella para descubrir sus pasiones, sus secretos de infancia y su predilección por utilizar cualquier cosa que tenga a mano como lienzo improvisado para sus pinturas. Todo lo demás son estampas de marineros curtidos por vendavales, tablas de surf hermosas que retornan al mar en vivos colores y escafandras de buzos que rastrean los fondos marinos en busca de inspiración.
Se acostumbra a decir que las grandes historias empiezan con un viaje y en tu caso es completamente cierto, puesto que dejaste tu Chile natal para ir a estudiar a Hamburgo y luego te instalaste en San Sebastián. ¿Qué aprendiste por el camino?
Al principio se hace duro estar lejos de la familia y amigos, pero eso mismo te obliga a estar mucho más abierta a conocer a gente nueva e ir creando tu propio circulo de amigos, que se convierten en una especie de familia adoptiva. Cuando estás fuera de tu zona de confort, te encuentras constantemente superando tus límites, probando cosas nuevas, explorando y conociendo culturas distintas. Creo que viajar es la mejor manera de seguir aprendiendo y de mantenerte con los ojos hambrientos.
Pero tu historia no puede entenderse sin dos elementos distintos, pero complementarios. El primero de ellos es el mar. ¿De dónde surge esta pasión por el medio acuático?
Crecí en Chile, que tiene más de 4.000 km de costa, así que es algo natural tener una relación tan estrecha con el mar. Es lo que he conocido toda mi vida y lo que me hace feliz. Estar en el mar tiene algo muy primitivo… estar fuera de tu medio natural, a merced de la naturaleza y a merced de las olas. Es sano perder ese control al que estamos tan acostumbrados. Para mí es casi terapéutico. Meterme en el agua me recarga de energía, me limpia el alma y la cabeza, es la mejor medicina.
El segundo elemento es el arte. ¿Cuándo empezaste a sentirte atraída por los lápices, los pinceles y los colores? Imagino que tus padres apoyaron tu vocación desde joven…
Supongo que como cualquier niño. Desde chica alucinaba con los lápices de colores, me parecía tan increíble poder darle forma a cualquier cosa que imaginara. El dibujo es el primer pensamiento, es materializar la idea en su forma más pura. Te permite expresar cosas que, de otra manera, no podrías. Creo que esta atracción por pintar ha estado siempre ahí porque mi casa estaba llena de lápices, pinceles y papeles. Además, mis padres son arquitectos, así que era algo natural estar siempre dibujando.
Tu obra está poblada por animales acuáticos, utensilios navales y personajes con frondosas barbas que están curtidos por el mar. ¿Qué quieres transmitir con estos dibujos a medio camino entre la realidad y la ilusión?
El mar me entrega tanto, que intento devolverle un poco la mano homenajeándolo con mi arte. El mar tiene algo muy nostálgico, muy misterioso, de travesías increíbles, de seres fabulosos… es tan inmenso y tan vasto y hay tan poco que conocemos, que se nos olvidan todos los seres que viven en él y la importancia que tiene en nuestras vidas. Quiero que la gente sienta esa conexión con el océano cuando mire mis dibujos.
¿Cómo eliges el soporte y la técnica pictórica a la hora de realizar una obra? Incluso he visto que te has atrevido a montar escenas con piezas de Lego…
Elijo de acuerdo a mi estado de ánimo y al motivo que quiera pintar. Hay épocas en que sólo quiero pintar sobre madera y tener esa textura rica y esa rugosidad que aporta el material, otras veces quiero algo más delicado y elijo papel. También soy una fanática del Lego, tengo una colección de figuritas marítimas que son mi tesoro.
En ciertos casos has recurrido a tablas de surf y de skate como improvisados lienzos. ¿Practicas estos deportes? ¿Qué te atrae de estas dos culturas con ecos underground?
Me gusta cuando el lienzo tiene una forma propia porque me obliga a pensar en un diseño que sea parte del objeto. Pintar tablas es como el circulo completo porque sé que mis barbudos volverán al agua donde pertenecen. Practico surf (si a darse tumbos y comer arena se le puede llamar así) porque me hace feliz. Creo que cualquier persona que surfee conoce esa sensación, es algo inexplicable.
Por curiosidad, ¿podrías contarnos cómo surgió tu colaboración con el Surfilmfestibal y en qué consistió exactamente? ¿Eres una apasionada de los documentales de surf?
Conozco a Sancho desde hace tiempo y siempre hemos tenido buena onda, así que cuando surgió la oportunidad de hacer algo juntos no dude ni un segundo en aceptar. Hicimos una exposición durante el festival en la galería Nocolor.
Tengo entendido que has hecho algún encargo para grandes marcas como Rip Curl. ¿Estas colaboraciones comerciales son compatibles con una visión artística independiente como la tuya?
Siempre que trabajo para alguna marca intento conocer a la gente personalmente, sino me parece muy mecánico. Con Rip Curl tuve suerte porque me dieron absoluta libertad creativa y había un ambiente de trabajo muy rico y muy de tú a tú. Pero también he tenido experiencias en que me siento super-coartada y eso es muy frustrante. Creo que no importa el tamaño de la marca mientras sepan respetar tu visión.
¿Hacia dónde te gustaría que evolucionara tu carrera artística? ¿Te has planteado otros medios como la fotografía o la escultura?
Me atrae mucho la escultura y, en general, cualquier medio que implique usar las manos, porque siempre estoy juntando palos y conchas en la playa para hacer móviles o figuras. He incursionado escultura en metal y eso es algo que me gustaría retomar en el futuro. También me encanta tejer y tengo ya un pequeño bestiario de seres marinos hechos en ganchillo. Como puedes ver, me cuesta mucho estar sin usar las manos en algo.
¿Qué proyectos tienes para este año? ¿Alguna exposición en el calendario?
Me invitaron a ser parte del «working artisans» de Huck Magazine y O’Neill, así que estoy preparando una exposición en Londres y otra en Múnich para octubre y noviembre con ellos. También sigo colaborando con la marca Bask in the Sun de Francia y lo que me tiene más ilusionada es un proyecto en el que estoy colaborando llamado «Sea Legend» en el que llevamos trabajando duro desde el año pasado con un gran grupo de personas. También soy parte de Panthalassa.org, una plataforma creativa con el mar como catalizador.