Amphetamine Reptile Records

UNA AVALANCHA DE RUIDO ENTRE ANFETAMINAS Y REPTILES.

Texto: David Moreu

Aquellos que conozcáis la leyenda de Amphetamine Reptile Records (AmRep), no hace falta que sigáis leyendo esta introducción y podéis pasar directamente a la entrevista con Tom Hazelmyer. Para todos los demás, aquí os ofreceremos algunas pistas para entender la importancia y la magnitud de un sello discográfico que cambio para siempre la manera de entender la industria musical (aunque hoy parezca una utopía para románticos). Muchos años antes de la explosión de la escena alternativa y del fenómeno de Internet, AmpRep sorprendió al mundo con su actitud punk, sus bandas inclasificables y una imagen icónica que representaba a la perfección los ideales del noise rock. Tom Hazelmyer, un ex marine apasionado por el DIY y los sonidos más distorsionados, fue el creador de este sello underground y se encargó de contratar personalmente a grupos como The Melvins, The Jesus Lizard, Tar, Boss Hog, Unsane, The Cows y los grandiosos Helmet. Una historia apasionante, que los enfrentó a la MTV y que derribó fronteras, antes de que nadie supiera quienes eran Sub Pop y Nirvana. Aunque AmRep ya no funciona como discográfica, es un buen momento para recordar los hitos más destacados de su delirante trayectoria. Bienvenidos al universo de ruido, reptiles y anfetaminas de Mr. Hazelmyer.

Fundaste AmRep en 1986 con la simple intención de editar los discos de tu propia banda, Halo of Flies. ¿Cómo decidiste lanzarte a producir y editar álbumes de otra gente? ¿Echas de menos los singles en vinilo que triunfaban entonces?
Una vez que me di cuenta de lo mucho que disfrutaba con el proceso de grabar discos y de la gran dificultad que tenían las bandas para hacerlo bien. Entonces empecé a ofrecer mi ayuda a amigos de otros grupos que me gustaban. No añoro ese formato porque sigo utilizándolo, aunque con una nueva mentalidad.

Al principio de tu carrera viajaste mucho. Te trasladaste a Seattle para montar el sello, pero después regresaste a Minneapolis donde, realmente, despegó todo. ¿Cómo era en aquellos días la escena musical de ambas ciudades?
Tanto el Minneapolis que dejé atrás como el Seattle al que llegué eran dos focos enormes de música desmadrada. Justo cuando me fui, la escena de Minneapolis estaba estallando con Hüsker Dü, The Replacements y Soul Asylum. Al mismo tiempo, Seattle empezaba a destaparse con nuevas bandas como Mudhoney y The Melvins. Pero, cuando regresé a Minneapolis, ya había aparecido una nueva ola de bandas como Cows y Bastards.

New York también era un gran foco musical, aunque estaba más conectado con la explosión del punk de los años 70. ¿Estabas al día de lo que ocurría allí? ¿En que se diferenciaba New York de Minneapolis?
Cada región tiene sus diferencias, que siempre se basan en experiencias no compartidas y en hechos históricos. En aquella época coincidieron muchos movimientos musicales que se unieron, sobre todo porque la gente compartía la misma pasión y los mismos objetivos. Eso hizo que todo estallara al mismo tiempo. Había mucha gente haciendo las mismas cosas, pero todavía no se conocían entre ellos. Yo estaba muy atento a lo que sucedía en New York, puesto que era la ciudad que demostró más interés en AmRep en los inicios, incluso más que Minneapolis. Así fue como acabamos trabajando con un puñado de bandas del Lower East Side, como Helmet, Boss Hog, Surgery, etc.

AmRep, igual que sucedería con Sub Pop unos años más tarde, logró que la gente prestara la misma atención al sello que a las bandas que firmabais. ¿Por qué crees que sucedió este fenómeno?
Una de las razones era que formábamos una unidad. Las bandas salían muchas veces juntas de gira y se apoyaban mutuamente. Además, AmRep desprendía una gran actitud gracias a sus notas de prensa, a la publicidad, al packaging de los discos, etc. Todo esto contribuyó, de manera no premeditada, a crear una personalidad muy reconocible que siempre estaba por encima de las bandas con las que trabajábamos.

¿Cuál era la intención detrás de los recopilatorios Dope-Guns-N-Fucking In The Streets?
Al principio estaba pensado para acompañar a un fanzine que estábamos preparando. Pero éste nunca llegó a publicarse, así que, simplemente, editamos el recopilatorio como un disco. Fue un gran éxito, puesto que incluía la primera canción que grabó Mudhoney y, además, era un buen álbum de principio a fin. Entonces decidimos seguir haciendo más recopilatorios, sobre todo porque nos permitía lanzar nuevas bandas y éstas se beneficiaban al aparecer junto a nombres más consolidados. Asimismo, podíamos colaborar con grupos que nos gustaban de otros sellos, como Jesus Lizard, Brainiac o Billy Childish.

Siempre se te ha reconocido como el creador de un género musical conocido como “noise rock”. Incluso el logo de AmRep hacía referencia a este estilo. ¿Recuerdas cómo surgió la idea?
No creo que yo inventara nada. Ya había bandas muy bien posicionadas, como Killdozer o Scratch Acid, mucho antes de que saliera el primer disco de AmRep. El uso de la palabra “NOISE” era más una declaración de intenciones que una voluntad de establecer un género. ¡Aunque, gráficamente, quedaba muy bien en nuestro logo!

El sello se hizo famoso al mandar varias bandas juntas de gira. ¿Fuiste alguna vez a la carretera con los grupos? ¿Cómo era viajar por los Estados Unidos en aquellos días? Por cierto, ¿de dónde salían los nombres de las giras, como «Ugly American Overkill» y «Clusterfuck»?
Acompañé a las bandas en varios de aquellos “tours”, sobre todo en el «Ugly Amrican Overkill». Aquellos nombres tenían sentido para nosotros, además, son palabras que forman parte de mi manera de hablar y de pensar. Salir de gira por los Estados Unidos era muy sencillo, porque la gran mayoría de ciudades se morían de ganas de ver algo nuevo. Entonces recibían con los brazos abiertos a las bandas que no conocían. Pero también era muy duro, puesto que no había teléfonos móviles, ni GPS, ni ordenadores, ni cafeterías cada 10 metros como sucede ahora.

He leído que AmRep tenía su propio estudio de grabación, donde los grupos podían grabar de manera muy barata y sin presiones. ¿Cómo eran las sesiones de grabación habituales? Supongo que la mayoría de artistas tocaban en directo…
El objetivo principal era ofrecer una buena calidad de grabación a las bandas y a un coste razonable. Pero, en ese sentido, fue un fracaso puesto que la mayoría de grupos nunca quedaban satisfechos con el resultado. Fue un proceso de aprendizaje bastante caro. Aunque el estudio se podía ajustar a las necesidades de cada artista y al sonido que buscaran.

Una de las bandas que mejor representó el espíritu de AmRep fue The Cows, que grabaron 8 álbumes para el sello. ¿Cómo era trabajar con ellos? ¿Por qué crees que se convirtieron en un nombre tan icónico de aquella escena?
Fue genial colaborar con ellos porque trabajaban de manera muy intensa, incluso más que el propio sello. Se convirtieron en una banda tan emblemática porque tenían mucha fuerza de voluntad y un talento muy crudo. Aunque la prensa alternativa no aceptó a la banda tan bien como lo hizo el público underground en los conciertos. Más allá de una discografía que ha aguantado muy bien el paso del tiempo, las payasadas de Shannon Selberg encima del escenario eran legendarias y se merecían el éxito. Era como un espectáculo de teatro absurdo repleto de esteroides. Fuera de los escenarios eran igual de extravagantes y nunca tuvieron reparos en meterse con la sensibilidad de cualquiera.

Thrown Ups fue el segundo grupo que firmó para el sello y, en poco tiempo, se convirtieron en Mudhoney. ¿En algún momento tuviste miedo de que las bandas pudieran abandonar AmRep para buscar el éxito en otras discográficas?
Nunca tuve miedo de que sucediera eso, puesto que era ley de vida. A veces las bandas crecían más allá de nuestras posibilidades (como fue el caso de Helmet), y otras decidían que querían probar en otros lugares distintos. Habitualmente, cuando esto sucedía, seguíamos teniendo una buena relación. Durante un tiempo parecía que hubiera muchas bandas que podían llenar los vacíos que dejaban las que se iban. Pero todo se volvió más complicado a finales de los años 90.

Has mencionado el caso de Helmet, que fueron la banda más famosa del sello. ¿Alguna vez has considerado a este grupo como el hijo aventajado que crece demasiado y ya no puedes retenerlo en casa? Mucha gente decía que podían haber sido más influyentes que Nirvana…
Sí, en aquella época fueron presentados como los siguientes Nirvana y yo, sinceramente, nunca vi a otra banda de nuestro sello que explotara con una locura similar. En seguida se hizo evidente que nuestro equipo de tres personas no era suficiente para contener y gestionar toda la presión mediática que estaban generando. Seguimos viéndonos después de que terminara nuestra relación profesional y considero a la mayoría de miembros del grupo buenos amigos.

AmRep también editó discos de grupos que no encajaban en el género del “Noise Rock”, como Chokebore, Gaunt y Nashville Pussy. ¿En algún momento pensaste que los fans podían interpretarlo como un movimiento hacia el “mainstream”? ¿Recibisteis muchas críticas?
Nunca lo vi como un cambio tan radical, aunque los demás lo interpretaran como tal. Por lo que se refería a mis gustos personales, ya existían diferencias entre bandas como The Cows, Helios Creed y Tar. Todos los grupos que has nombrado no creo que estén fuera de lugar, incluso hoy en día. Irónicamente, la gente que criticaba a nuestro sello se centraba en la falta de variedad de sonidos… aunque teníamos bandas que sonaban a cualquier cosa, menos al típico grupo de AmRep. Mi “guía” a la hora de firmar a grupos nuevos era, simplemente, que me gustaran. El único ejemplo de cambio exagerado en términos de sonido fue con Supernova, pero eran tan bizarros en directo y en persona que la gente los adoraba de manera incondicional.

¿Qué puedes avanzarnos sobre «The Color of Noise», el esperado documental sobre la historia del sello?
Todavía no tengo noticias, solamente sé lo que circula por Internet. He contribuido en todo lo que han necesitado, pero este proyecto se está haciendo completamente fuera de AmRep. No tenemos nada que ver con la producción. Todo lo que sé es que serán 2 horas describiéndome como un completo gilipollas. Hmmm, ¡creo que me gusta esa idea!

Eras el fundador y propietario del sello, pero también te dedicabas a crear la mayoría de portadas de discos y pósters. ¿De dónde viene tu pasión por el arte y el diseño?
Yo estaba fascinado tanto por la música punk/underground como por su arte y su estética. El punk inglés de 1977, la no-wave, el post punk, el hardcore, el movimiento mod… todas esas escenas tenían una imagen muy característica, que iba más allá de su sonido. Siempre he tenido una vertiente artística muy marcada, así que tomando como referente todos esos gráficos me lancé a crear cosas sin pensarlo demasiado. Empecé diseñando los flyers de los conciertos y después vino el resto…

¿Cuál era tu proceso de trabajo? ¿Escuchabas el disco y desarrollabas la idea visual a partir de la música?
Normalmente escuchaba el disco muchas veces antes de empezar a diseñar la portada. Así que la música jugaba un papel importante a la hora de crear las imágenes. Aunque, otras veces, la banda me decía lo que querían poner y lo desarrollábamos juntos. En otros casos, ellos mismos hacían sus propias portadas.

En este sentido, veo que te identificas mucho con la filosofía del “Do It Yourself” que empezaba a explotar en aquella época…
¡Totalmente! La razón principal por la que empecé a editar discos fue porque ningún otro sello lo haría por mí. Así que tenía que hacerlo yo mismo. Creo que, realmente, funcionábamos como un colectivo… mucho más de lo que cualquier persona ajena al sello pueda imaginar. Las bandas aportaban muchas ideas y la gran mayoría de cosas que sucedían eran gracias a esa estrecha colaboración. El hecho de que siempre se nos viera como un puñado de gilipollas desmadrados nos puso en una especie de trinchera, desde la que teníamos que encontrar maneras de atacar y prosperar al margen de la industria.

Otro de los grupos que se ha convertido en legendario es Superchunk. ¿Qué nos puedes contar de ellos?
Un día recibí una llamada de Mac McCaughan, justo cuando la banda estaba empezando, y me bombardeó con preguntas para saber cómo tenía que hacerlo para grabar un disco. Es curioso porque él ha logrado hacer más cosas con su sello, Merge Records, que yo con AmRep…

Aunque nunca tuvisteis el apoyo de MTV, sí que produjisteis varios videos para los grupos del sello. ¿Cuál era la intención de aquellas obras audiovisuales tan desfasadas?
Sabíamos que MTV nunca se atrevería a programar nuestros videos, incluso en su espacio de música alternativa. Se trataba de unos videos de muy bajo presupuesto, hechos por alumnos de escuelas de arte, amigos, miembros de las bandas y cualquiera que se animara. Nos olvidamos de MTV y decidimos hacer recopilatorios para venderlos directamente a los fans… y eso era algo que nadie había hecho antes. También mandamos los videos a clubes de música y programas de televisión local por cable a los que nadie mandaba nunca nada. Eso nos permitió atraer a nuevos fans y ganar aliados.

En los últimos años, AmRep se ha dedicado a publicar libros de arte y de música. ¿Cómo tomaste esa decisión? ¿Con qué artistas estás trabajando y qué planes de futuro tienes?
AmRep está evolucionando hacia lo que podríamos denominar un “sello artístico”. Sé que esto suena horrible, pero no he podido encontrar una mejor manera para describirlo. Hubo un momento que intenté volver a poner en marcha el sello discográfico y sacamos varios singles de Halo of Flies (en un par de ellos contamos con la participación de Lydia Lunch y de Billy Childish), pero enseguida me di cuenta de que en los 10 años que habíamos estado al margen de la industria musical, todo había cambiado por completo. Los lanzamientos normales apenas despiertan interés y la mayoría de gente se baja la música de Internet gratis. Por otro lado, fue una transición muy fácil pasar de gestionar la galería Ox-Op a vender ediciones limitadas de objetos artísticos, incluso más que editar discos. En aquellos días pasé un mes en coma en el hospital y, cuando me recuperé, me di cuenta de que mi arte había cambiado. Dejé de lado el ordenador y empecé a trabajar con linóleo. Una de las primeras obras que hice se convirtió en una edición limitada de 100 copias de un single de 12” de The Melvins. Desde entonces nos hemos vuelto locos para hacer cosas así.

Has comentado tu aventura al frente de la galería Ox-Op. ¿Por qué decidiste terminar ese proyecto? ¿En que trabajas actualmente?
Ox-Op existió como galería entre 2003 y 2006. Después se convirtió en una plataforma de proyectos artísticos, como fue el caso de A Purge Of Dissidents (un disco, libro y obra de animación a cargo de un artista visual llamado Dalek). Esta obra estuvo de gira por los Estados Unidos y se proyectó en París. Por lo que se refiere a mi… normalmente trabajo en mi propio bar y me dedico al arte por las noches.

Para terminar la entrevista, ¿cómo ves la industria actual?
La industria está muy jodida, pero disfruto viendo como los grandes sellos reciben su merecido. A pesar de todo, es muy desalentador ver como las nuevas bandas intentan sobrevivir y ya no hablo de la aspiración de tener éxito. Eso es muy complicado. Tener toda la música gratis es genial, pero deja sin recursos a los artistas que no tienen a un gran grupo de seguidores que paga para verlos en concierto. Todo funciona en ciclos y sólo depende de nosotros encontrar una solución. ¡Aunque debamos hacerlo a tiempo parcial!